miércoles, 21 de diciembre de 2011

Capitulo 1


Fresas, Pulque y Probabilidad.
Es sábado, y son las 7:00 am. Tu cabeza sobrela almohada, acostado boca abajo, con tan solo 3 horas de haber dormido. Unpequeño zumbido en los oídos, mientras comienzas a sentir tu boca seca, labiospartidos y un tremendo dolor de cabeza. Abres uno de tus ojos, apagas eldespertador y pensamientos de fastidio inundan tu mente. Puto Servicio Militarpiensas.
Sabías que esto iba a pasar, incluso recuerdashaber festejado con tus amigos, que en tres horas tendrías que levantarte paraestar a las 8 am en la escuela primaria de Cholula para marchar con otra bolade huevones, y convivir con los saldados del heroico batallón de caballerizamotorizada de la 24va zona militar.
Con duro esfuerzo te levantas, te tallas lacara, te rascas ahí, te aseguras que tu pijama está bien puesta, y te dirigesal baño. Un fuerte dolor de estómago, náuseas y mareos te dan un tremenda cachetada. Arrastras tus dos pies, abres lapuerta de habitación y ves un santo desmadre. La baraja esta desparramada por lasala, un gringo esta tirado en el sillón, un plato está roto, y hay líquido dedudosa procedencia en todo el piso. Te tapas los ojos, respiras hondo, y dicesen voz baja y un poco confuso… ¿Qué buena peda?
Te vas al baño y te sientas en la taza, y comienzasa hacer. Los olores que produce tu cuerpo son desagradables, el dolor de cabezaes insoportable y tu propio defeco te produce vomito. Después de media hora, dedolor, sufrimiento y quejas logras ingresar a la regadera y comienzas a sentirel agua caer en tu cabeza. Comienzas a beber del agua que escurre por tu caramientras piensas en el riesgo de contraer cólera o alguna otra infección portomar agua de ahí.
Terminas y te sientes un poco mejor, pero conla misma pesadez con la que ingresaste te retiras a tu cuarto. Tomas tucamiseta del Servicio Militar Nacional, buscas unos pantalones limpios dentrode tu closet, te vistes con tus zapatos negros y tomas tu gorra roja. Miras elreloj despertador y te das cuenta que faltan 15 minutos para las ocho. Tomascuarenta pesos, la llave de tu habitación y la credencial de la escuela. Antes de retirarte del departamento G3 delRay Lindley, tomas un vaso de agua. Al salir, te espera tu flamante vehículo.Nueva y muy limpia, una clásica bicicleta azul cielo, “Italiana”, te transportapor las calles de “Cholulandia” hasta la escuela primaria del pueblo.
Es muy temprano y anteriormente te haspercatado que la gente nativa es muy floja, y por lo mismo te extraña ver a unapareja armando un puesto de comida. Seguro que han de vender picaditas,piensas. Los dos, de muy baja estatura, morenos y con los ojos rasgados, yarrugas en su piel que no dejan mentir su edad. Típicos indios, piensa uno delos lados de tu mente, mientras la otra reprueba tu primer pensamiento y lo calificade despectivo, racista e ignorante.
Llegas tarde, como era de esperarse, cansado,con sueño y con ganas de no hacer lo que el sargento esta apunto de ordenartehacer, por haber llegado tarde. Estarás parado en el sol, hasta la hora deldesayuno, que en esta ocasión seria hasta las nueve. No hay problema piensa tulado derecho, es solo una hora. Mientras de nuevo el lado izquierdo contradicey piensa, no hay problema si no vinieras en este estado, pero a ver cómo nosva, los próximos 45 minutos.
Tratas de mantener la posición de firmes, puessabes que de no hacerlo, tendrás que correr. Escuchas al sargento pasar lista,y pones atención para no pasar tu nombre, y te das cuenta que ahora haces dosactividades. Alguien más llega tarde y es ordenado a pararse al lado tuyo.Dices presente, y ahora solo esperas que sean las nueve. Te incorporas a lasfilas y esperas que sea el descanso. Todo esto mientras contabas cada segundode cada minuto que tienen los cuarenta y cinco minutos. Largos y dolorosos, alfin pasaron, piensas.
Saludas a Hugo y a Víctor, dos compañeros queconociste la semana pasada, uno de ellos trabaja en la planta de la Volkswageny el otro trabaja como supervisor en Wal Mart. Claro que tú, para todos eres unbicho raro, pues estudias en una universidad privada y todos saben que nonecesitas la cartilla militar. Además de que tu acento no es de ahi. Pero tú lohaces porque eres un ciudadano cumplido y no quieres defraudar a tu patria. Asícomo el mío cid. Ellos te ven, te huelen y se rien. Te dicen, que hiciste ayer,y con una voz enferma les contestas, vamos a desayunar y después les cuento,sirve me empiezo a acordar.
Caminas a la bicicleta donde está el señor quevende tortas de tamal. Le preguntas de que tiene tamales y te contesta, Mole,Chile Verde, Fresa y Pina. Indecisamente escoges de Mole, porque estas enPuebla, pero realmente querías de fresa o a lo mejor de pina, y recuerdas lostamales que hace tu abuela. Lo acompañas con un atole caliente y piensas,espero que esto aliviane mi “cruda”. Hugo pide de chile verde y Victor pide demole también. Ves a tus dos amigos del SMN, y te ríes de su físico, pues uno deellos es muy alto y el otro mide no mas de 1.60.
Comienzas a contarles, ayer habías salido conlos extranjeros, estudiantes de intercambio de la escuela. De forma curiosacada uno representaba el estereotipo de cada uno de sus países. Elestadounidense güero, mal vestido, con una forma graciosa de ver la vida, lentoy sin preocupaciones. El francés, bien peinado, oloroso, culto y afeminado. El alemán,sin cabello daba una impresión de locura, con una actitud de fiesta, “reventado”,con un extraño gusto por la música electrónica. El holandés, con una mirada fría,serio, no tiene mucho que decir, y sin sentimientos. Dos ingleses, con suspeculiares pecas, un rubio distinto al de los demás, altos, mas altos que los demásque ya eran altos, y solo pensaban en sexo.
Habían empezado a tomar cerveza, en eldepartamento de ellos, junto con otros mexicanos. En cuanto dijeron que nosaldrían esa noche, los acompañaron por una botella de Bacardi y comenzaron atomar. Al terminarse el ron, dijeron quesolo irían un rato al bar, y se regresarían temprano, pues ese día no teníanganas de salir a bailar. Al paso de unos minutos, conocen a un grupo dehermosas niñas que luego llaman la atención y que al poco ya estaban en su mesacompartiendo de la segunda botella.
Despuésde varias copas y varios bailes mientes un poco y te das cuenta que se la estánpasando de lujo, decides ir al baño confiado en que ella no se ira y que teestará esperando
Es hora de regresar a marchar, elsargento los esa esperando y sabes que te esperan cuatro horas de sol, cansancioy varias gotas de sudor. Mientras te alineas piensas en que el servicio es unaestupidez. México podría usar toda esta juventud en mejores cosas. Lamentas queel servicio sea tan inútil a la patria, pero que otros se queden con unacartilla que dice inútil a la patria. En fin, comienzas a hacer tu pasoredoblado pensando en que harás en la tarde y pareciera que Víctor leyó tumente pues te invita a un lugar cerca de la casa de su tío, por un pulque, aceptas.
Van los tres en su bicicleta mientrasadmiras el paisaje poblano, y te acuerdas del servicio militar. Al finalconcluyes que solo faltan dos meses para noviembre, y no tendrás que regresar.Escuchas un ya llegamos, y te preguntas a donde. Hugo te explica que recogerán fresas.Entran por una cerca y caminan varios metros. Recolectas y escuchas de maneragraciosa como salen de la tierra, “blub,blup”. Ya tienes tantas que apenas te caben en las manos, volteas a verlos ytienen su camisetas volteadas, buena técnica y sin duda la copiaras. Túcamiseta del SMN te queda grande y tiene el espacio suficiente para que quepaun kilo o dos. De reojo vez a Víctor y Jaime correr. Te detienes un pocoextrañado, cuando escuchas ladridos de perros… ves dos pastores alemanesrabioso corriendo hacia ti.
Envías esa señal de emergencia a tuspiernas y empiezas a correr. Pero cada vez que estiras tu pierna hacia atrássientes como su hocico roza tu tobillo. Por unpelo de rana calva logras cruzar por debajo del alambre de púas, claro quetiraste media colecta de fresas en tratar de salvar tus nalguitas.Caminan hacia una pila para enjuagar las fresas yempezar a comerlas. A dos kilómetros mas esta la casa del tío de Víctor y deahí la pulquería esta a solo dos cuadras. La camiseta de los tres quedarosa de la parte de abajo. Llegan a casadel tío Ezequiel, y lo invitan por una copa, pero se quedara a hacer nieve defresa.
Llegando a la pulquería toman una mesa yles ofrecen pulque de piña, guayaba y fresa, además sin curar. Tienes queescoger la medida del pulque que se van a tomar, te explican cuales son.Mientras llegan sus bebidas, das un vistazo a la pulquería, tiene una rockola,mesas de plástico de la Corona, unas mesas altas, fotografías de gente delpueblo y las bellezas de Atlixco bailando en la pista. Víctor te pide quetermines la historia que contabas hace rato y dices ya no paso nada , despuésde regresar del baño ella ya estaba bailando con alguien mas, te dio un corajey te vas a otra mesa, después recuerdas muy poco de esa noche. Se burlan de tiy te platican de sus aventuras en las fresas, el pulque y otras mas cosas quehan hecho.
Cuando te llega el primer vaso depulque, recuerdas todo lo que te han contado de él, de todo lo que has leído deél y te detienes antes de dar el primer sorbo. Has escuchado a la gente en laescuela que es muy fuerte, que con un vaso de emborrachas, no te das cuenta decomo lo hace y que cuando te paras te da de golpe. También has leído que las cerveceríasle hicieron esa fama, para que consumieran mas cerveza y menos pulque, cuandoel pulque era mas popular. Das el primer sorbo, el pulque es amargo, y tienecierta espeses, pero no es baboso como te lo han descrito. El sabor de la frutaes muy natural, y poco a poco comienzas a disfrutar de él. Prácticamente comocuando probaste la primera cerveza. Sin duda pedirás un tornillo más.
Regresan a la casa del tío, justo habíaterminado de hacer nieve. Te sirven en una vaso grande, la nieve esta dulce yhelada, te la terminas y decides regresar a tu casa. Tomas tu bicicleta, pedaleas,sabes que te quedan aproximadamente 18 km. Un poco feliz después de los dosvasos de pulque y dos caguamas comienzas a reflexionar en todo lo que hicisteen el día. Desde ir el servicio militar, desayunar torta de tamal, soportar lacruda y al sargento. Marchar durante seis horas, probar el pulque, y teacuerdas de ella, la mujer que conociste en el bar.
Es una de las mujeres más hermosas conlas que has platicado y te arrepientes de no haber seguido hablando con ella,por no haberle pedido su número de teléfono. En eso se te ocurre una idea loca.Piensas escribirle un poema, se lo merece te dice tu mente, es lo menos quepuedes hacer después de haberte hecho pasado una de las mejores noches, despuésde haber cruzado solo veinticinco minutos de conversación. Sigues pedaleandomientras piensas por donde empezar tu poema, empiezas a ver que la luna seempiezas a asomar en el horizonte, es una bella escena la que tienes a un lado,el tremendo volcán, la luna y unos campos planos hasta las faldas del popo. Laluna siempre la veremos los dos sin importar en donde estemos, en que lugar oen que espacio... Llegas a tu habitación tomas papel y lápiz y escribes.

Espacios deProbabilidad

Quede atrapado entre estas paredes decero y uno.
Intento ir a todos los eventos,

Pero veo algunos conjuntos cerrados correr,
Veo conjuntos abiertos inclinarse al cero.
En el Espacio Muestral veo una luna azul,
Con puntos blancos, y una luz roja,
Que ilumina sus labios rosas.
Después de conocerte, me sentí de alguna manera hurtado
Noto que algo me hace falta, me siento incompleto,
Y hace unos momentos no me sentía así.
Puede ser que seas mi conjunto complemento…
Sé que nuestra intersección es vacía,
Pero sabemos por definición que la unión da 1...
Mentira, eres una función,
Eres mi función generadora de momentos.
Momentos felices, momentos de angustia,
Momentos de nervios...
Ahora calculo la esperanza,
De volver a ver en mi teléfono,
Esa luna azul.

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