La
Playa, el Ex Ciudadano, tu Cartilla Militar
Te paras en firmes, y ves a todos los
soldados con su uniforme de lujo. Tu también estas vestido con las mejores
prendas, un pantalón de mezclilla nuevo, los zapatos muy bien boleados, la
gorra y la camiseta recién lavadas, ni una mancha de sudor. Te encuentras en la
plaza de Cholula junto con otros 150 muchachos que también terminaron su
servicio militar. Alrededor de 30 elementos del ejército nacional, un general,
un coronel, varios capitanes y otro tanto de sargentos. Es la ceremonia donde
el general entregara las cartillas militares. El evento debió a comenzar a las
8:00 am, son las 10 y apenas empiezan los honores a la bandera. Saludas para
recibir a la bandera, y los soldados con gran fervor tocan sus tambores y
trompetas. Vez de reojo a la brigada, te da tristeza que tus dos amigos no lo
hayan terminado. Te preguntas, cuantos habrán desertado.
Ha sido un largo año donde solo faltaste
un par de veces, hace poco aprovechando tu derecho a tener 5 faltas, esa vez en
verano cuando no encontrabas tu cuartel, y aquella vez en semana de pascua que
fuiste a la playa. Oh que viaje aquel, recuerdas esa escena en la playa y
sonríes, no puedes evitarlo. Llevaste a esa amiga tuya, piel morena, delgada, o
más bien flaquita, ojitos rasgados, esa nalguita bien parada, justo donde debe
de ir. Sus tetas pequeñas, pero hermosas. Una cara muy sonriente, siempre
divertida y juguetona. Recuerdas sus besos, que sabrosos eran, esos labios
pintados con ese labial de sabor, su pasta de dientes sabor vainilla, que
probabas cada vez que metía su lengua en tu boca.
Planeaste muy bien ese viaje, tuviste
que mentir, a sus padres en especial, pues de otra forma no la hubieran dejado
ir. Después de una tarde en la playa con tus amigos, unas cuantas cervezas,
paseo en moto, es hora de verla, se citaron en la playa, enfrente de las
palapas. Los dos son muy puntuales, te da mucho gusto verla. Tomas a tu hermosa
muñeca de la mano y comienzan a caminar por la playa. Te cuenta sobre su tarde
con sus amigas, y tu le cuentas a ella tu tarde con tus amigos. Encuentran un
buen lugar y se sientan, y abrazados ven una bella escena del sol escondiéndose
en el mar.
Con su tierna voz, te comienza a
platicar en el oído, su aliento, te crea una excitación, un poco de saliva entra
en tu oído, tu respiración comienzan a aumentar. La sangre de tu cuerpo
comienza a reaccionar, tienes una erección. Ves su traje de baño, morado, y
empiezas a tocar su piel, su espalda los tirantes de su brazzier. Ahora te toca
a ti hablarle a su oído, chupas su oreja, metes tu lengua en su oído, la
escuchas reírse y luego gemir. La abrazas fuerte y sientes su cuerpo muy cerca
del tuyo como sus pechos se pegan al tuyo. La escuchas decirte me encantas y te
pide que te quites la playera. Eres obediente y por lo mismo recompensado.
Te acuestas y te besa la panza, te besa
el pecho, se te erizan los vellos, y llega hasta el cuello. Hueles su cabello,
como siempre ella muy bien perfumada, esa combinación de shampoo y perfume que
tanto la caracteriza. Las narices juntas. Los dos alientos juntos. Te muerde un
labio y lees su mente, se esta saboreando tu erección. Comienzan a besarse; el
sabor a fresa de sus labios y su aliento a vainilla hacen la experiencia más
intensa. Empiezas un intercambio de saliva, abrazos y caricias. Te decides
masajear sus tiernas y suaves pompis. Al principio no sabes cómo podría
reaccionar, pero todo salió muy bien. Ella también se atreve a masajearte tu
pene y tú en agradecimiento muerdes su labio, primero el de arriba, después el
de abajo, después su cuello.
Giran su cuerpo sobre la arena, y ahora
tu estas encima de ella. Continúas besándola, tu mente se pierde en tiempo y
espacio. Solo piensas en comértela, en devorártela, Sientes tu corazón agitado
y el de ella también. Le vuelves a tocar sus piernas y notas como tiemblan de
la excitación. Después de unos besos los dos empiezas a escupir arena, mucha
arena. Los dos se ríen, pero los dos están molestos, pues sus cuerpos están
llenos de arena, y no pueden continuar con esas caricias, ni con esos besos. El
haber girado jalo la arena y ahora toda ella está entre sus dientes... Te ríes
recordando ese pasaje que viviste en abril y como la arena arruino el resto de
la noche.
Regresas de tu viaje y revisas que tu
cuerpo siga manteniendo su posición de firmes y en silencio. La ceremonia va un
poco avanzada y te das cuenta que comenzaron a pasar a recoger sus cartillas.
Entonces esperas escuchar tu nombre y pasar por el documento. Después de 20
nombres terminan la ceremonia, y se acabo. ¡No te entregaron nada, todo un año
para que no te entreguen nada! No entiendes, tratas de explicar, vez que todos se
van con las manos vacías. Algo debe estar pasando, piensas. Después de respirar
profundamente y aclarar tu mente caminas hacia uno de los sargentos,
seguramente el tendrá la respuesta. También seguramente él te la querrá dar.
Amablemente le preguntas y él te contesta. Las cartillas se entregaran en el
cuartel, las 20 fueron solo para algunos afortunados, para la ceremonia.
Tendrás que ir hasta Atlixco por ella.
El lunes después de tu clase de
redacción, discutir un poco el libro de Elogio a la Madrastra, corres a tu
bicicleta, y comienzas a pedalear. No usaras el camión, porque las rutas de
ellos nunca son las mismas. Has notado los últimos meses, que al chofer le
importa un cacahuate la ruta que tiene pegado en el vidrio, y literal se va por
donde le da la gana. El transporte urbano es poco fiable. Sera mas cansado usar
la bicicleta, pero es un buen ejercicio, y probablemente ahorres el tiempo que
te tardara en adivinar que camión tomara la ruta adecuada.
Saliendo de la universidad hay una
cantidad de bares y cantinas, todos llenos de estudiantes, y eso que son las 11
de la mañana, ni pareciera que la próxima semana son exámenes finales. Pero en
las últimas semanas tú también has sido buen cliente, y prácticamente has
visitado si no todos, la mayoría. Perdiste tu billetera en uno de ellos, la
primera de hecho por cierto. Conociste a Abigail, Adalia, Adela, Adelina,
Adria, Adriana, África, Agatha, Alejandra, Alicia, Alma, Ana, Andrea,
Argentina, Ariana, Arlene, Arlette y Azul. Curiosamente todas con “A”. Ganaste
el trofeo de campeón de Beer Pong. Si, también eso hiciste.
Llegas al campo que divide a los dos
pueblos, y mientras sigues en tu bicicleta te pones a pensar, en tu país, y en
maldito gobierno que tienes. Lo culpas de todo lo malo que vez, y de lo que
estas por vivir. Recuerdas al hijo precioso y al hijo del lagarto despilfarrar
el dinero, gastarlo en botellas de alcohol. Te decides a escribir una carta y dirigirla a
los gobernantes, al mismo presidente, hasta a Carlos Salinas de Gortari, ¿Por
qué no? Mientras acomodas tus ideas, tus pensamientos, comienzas a estructurar
en tu cabeza la carta que según tu cambiara al gobierno, sigues pedaleando, ya
casi estas cerca del cuartel.
Llegando a la base te reportas con la administración
y estas desesperado por que te entreguen la cartilla, tienes varias ideas
en la cabeza y no quieres que se te olviden, tu carta será la mejor. Un nuevo
escrito, piensas, como aquel poema que escribiste hace dos meses. Esta emocionadísimo, tu mente no para de
revolucionar. Empiezas a acomodar las letras, las palabras; es un desfile de
vocales y consonantes, que empiezan a tomar sus asientos, listos para ser
plasmados en hoja y papel, necesitas llegar inmediatamente a tu cuarto a
escribir toda esta revolución de ideas.
Rápido, le dices al soldado, con una voz
torpe y estúpida, antes de terminar la palabra te das cuenta que no debes, y
solo la susurras. El soldado comenta que eres el primero en ir recoger la
cartilla. Firmas como diez hojas, pero por fin, después de 46 sábados, de ir al
cuartel militar, a la plaza y la escuela de Cholula, en dos diferentes
ciudades, tienes en tus manos el tan esperado documento. En la foto no te
pareces aquel que viste hoy en la mañana en el espejo de tu departamento.
Claramente a pasado un año pero pareciera que ha pasado muchísimo mas.
Vuelves a tomar tu bicicleta y te
apresuras a llegar, estas cargando una buena idea, y no quieres dejarla por
ahí, tiene que convertirse en esa carta. Pedaleas y pedaleas, sudas también, y
llegas a tu departamento. Te esta esperando Andrea en la entrada de tu cuarto y
la despachas. Estas muy ocupado y no puedes atenderla. Tomas un cuaderno,
lápiz, pluma, un vaso de agua, te sientas y comienzas a escribir. Tu mano
fluye, las letras también. Después de 37 minutos tienes una carta en tus manos.
Te acuestas en la cama para leerla. Al terminarla empiezas a llorar. Te limpias
las lágrimas, intentas dejar de hacerlo, y la vuelves a leer. Vuelves a llorar
y así repetidamente como lo hace un bebe hasta que te quedas dormido.
Ex ciudadano
Veo un gobierno corrupto y lleno de
mentiras, injusto, que proclama ser democrático y moderno. Este gobierno ha
sido incapaz de ver por sus ciudadanos, ha sido incapaz de llevar una buena administración,
incapaz de ser honesto, transparente, incapaz de crear políticas que sostengan
la economía de sus ciudades, incapaz de planear, estudiar y analizar. Es un
gobierno que fue creado con el propósito de gobernar y no ha sabido hacerlo. Veo
un gobierno con gobernantes mentirosos, injustos, déspotas y tiranos. Lideres
aprovechados, egoístas e interesados. Veo una autoridad corrompida por el
dinero y el poder, lejos de trabajar por el pueblo, por la gente, por las
comunidades, por sus hijos. Veo políticos,
felices con sus sueldos, una vida esplendida, y es obvio que poco les costó.
Veo oportunidades en ese circo de secretarios, servidores públicos, diputados y
senadores. Veo una necesidad de cambiar, de transformar esas leyes obsoletas,
esas políticas, esas planeaciones, esa urbanización.
Después de esas visiones y una reflexión,
me doy cuenta, (y me atormenta) que todo eso es un reflejo de nuestra sociedad.
Quizá, no tenemos un mal sistema, si no tenemos unos malos ciudadanos. Unos
ciudadanos conformistas, que ven innecesario alzar la voz, que nos les molesta
las injusticias ni la corrupción. Ciudadanos que no exigen y que no tienen interés
por su bienestar. Ciudadanos a los cuales les parece correcto, ser pisoteado,
humillado, robado y extorsionado. Hombres y mujeres que se quejan, pero no hacen
nada, por que les da flojera, por que tienen miedo. Mexicanos con ingenio, con
conocimientos, con deseos, con sueños, pero sin actitud, sin fortaleza, sin coraje.
Es por eso que si esto es ser un ciudadano, una persona muda, sin valor, sin
ganas de hacer algo por sus semejantes, por su tierra, su nación. Si un
ciudadano es aquel que no se siente patriota, que no quiere se participe de una
democracia, de un sistema moderno de gobierno, que va a seguir permitiendo que
sus representantes no piensen como el, Yo hoy, me declaro ex ciudadano.
Soy un ex ciudadano, porque yo no voy a
permitir que me vean la cara. Yo si voy a participar en la democracia, y voy a
reunir a los mas ex ciudadanos posibles. Voy a elegir a mis representantes y
les voy a exigir. Les dimos un privilegio, pero les vamos a recordar que tienen
obligaciones. Vamos a hacer que nos escuchen, sobre todo a los jóvenes, que
representamos a la mayoría de la población. Los ex ciudadanos seremos mayoría y
trabajaremos por nuestra comunidad, por las necesidades que tengamos nosotros y
nuestros vecinos, no las necesidades de otros. Lucharemos por que se creen políticas
justas, que ayuden a planear el futuro, que puedan crear un crecimiento
sustentable y una economía fuerte. Leyes lógicas con sentido, que beneficien a
los jóvenes, a los padres, a los hijos, al empresario, al estudiante, al
trabajador, al campesino, a la madre, a las mujeres, a los niños, a los
ancianos, y a la naturaleza. Los invito pues a no olvidarse la razón por la que
hemos luchado los últimos 100, 200, 300 años, por un país, una nación, pedazo
de tierra que podamos decir que es nuestro, y sobre todo que lo debemos
compartir con nuestros semejantes. Es por eso que como ex ciudadano, los invito
a que vean desde afuera, y se den cuenta que pueden hacer ese cambio crear esas
oportunidades, ser el ejemplo para otros. No lo podemos dejar a manos de los políticos,
porque somos nosotros los que los elegimos.
Demos pues, el primer paso.
Afectuosamente,
el Ex Ciudadano
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